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"De repente, cesó el ruido ronco del motor, se abrió la puerta de aquel Chevrolet "El Camino" y, tras una densa nube de humo, aparecieron cuatro peruanos locos con los rostros más curtidos por el odio y la hoja de coca que he visto en mi vida. Todos contuvimos el aliento, alguno incluso defecó en sus propios calzoncillos. Eran Wilson, Walter, El Chaco y Pan de Ayer"
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